A las madres de Sión

Bienvenidas a mi Blog ! este es un espacio para que nos edifiquemos y fortalezcamos mutuamente al compartir experiencias espirituales y nuestro testimonio acerca de este evangelio restaurado y verdadero que conocemos. Además, son bienvenidas las ideas y las sugerencias para mejorar nuestras noches de hogar, para enseñar el evangelio a nuestros hijos y todo lo que conlleva ser las "madres de sión" , que por cierto, es una responsabilidad muy muy grande, pero que podemos llevar a cabo si no nos soltamos dela barra de hierro . Así que espero que disfruten de mi blog.



jueves, 21 de julio de 2011

"Mi Partida"

El Padre y yo nos sentamos allí en el cielo. Él con sus ojos fijos en mí, pues solo faltaban momentos para que me viera partir. Su mano en la mía tan suave y  firme me infundía confianza. Y al ver su glorioso rostro; las lágrimas empezaron a brotar.

Tocó mi rostro bañado en lágrimas y las secó suavemente diciéndome con cariño: "Hijo  mío, veo que estás llorando" ¡Oh Padre! No sabes cuánto te extrañaré. ¿Cómo podré vivir sin tenerte cerca, como podré aprender y crecer? Mi vida en la tierra podría ser dolorosa, las pruebas y sin sabores...¿Cómo podré saber si algún día volveré a vivir contigo?

Ahora su rostro húmedo parecía sereno, y con su voz suave susurró lo siguiente: "Solo sé obediene a mis palabras, mi querido hijo, he enviado profetas, mi iglesia y las escrituras, la justicia y  la verdad. Por favor, escucha, lee y aprovecha todo esto que h enviado para ti. Sé que serás valiente y fuerte en la fe. Si me necesitas, solo ora por sabiduría, pide y recibirás."

Me tomó en sus brazos y me susurró al oído: "Siempre debes pedir mi ayuda y prometo que vendré a ti"... entonces me senté en sus rodillas y pude escuchar sus gemidos, y dije: ¿Porque lloras?  "Hijo, me es difícil verte partir para ser probado y aprender, y me duele el corazón al pensar que tal vez no volverás... sé obediente , puro y no te alejes de mí, arrepiéntete de lo malo que hagas, y si permaneces en mi palabra te prometo todo lo que tengo."

Me abrazó otra vez y sus lágrimas mojaron mi rostro diciéndome: "Tú has experimentado esta paz que nos rodea... sé digno de volver a este lugar."


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