“La mujer que es prudente se renueva a sí misma.
En la debida etapa de su vida desarrolla sus talentos
y continúa con su educación. Cultiva la disciplina
para alcanzar sus metas. Se aparta de la obscuridad y
abre ventanas de verdad que iluminen su camino.
La mujer enseña a establecer prioridades por medio
del precepto y del ejemplo. Recientemente miré un
programa de televisión en el cual se entrevistaba a
una abogada que había dejado la práctica de su profesión
para quedarse en casa con su hijo. Cuando se
le preguntó en cuanto a su decisión, respondió: ‘Es
posible que vuelva a ejercer derecho algún día, pero
por ahora no. En lo que a mí concierne, el asunto es
más bien sencillo; cualquier abogado puede hacerse
cargo de mis clientes, pero sólo yo debo ser la
madre de esta criatura’.
Una decisión así no se toma basándose la persona
en sus derechos sino más bien en sus obligaciones y
responsabilidades. Ella sabe que al cumplir con su
deber, los derechos se atenderán a sí mismos”
Élder Russell M. Nelson
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